UN CAMBIO DE PARADIGMA PARA LAS INDUSTRIAS TECNOLÓGICAS EN CHILE

La reciente aprobación de la Ley de Protección de Datos Personales por el Congreso Nacional marca un hito significativo en la regulación del manejo de información personal en Chile. Esta nueva legislación, que entrará en vigencia 24 meses después de su publicación en el Diario Oficial, introduce cambios sustanciales que afectarán directamente a las empresas tecnológicas y a todas las organizaciones que manejan datos personales.

La nueva ley tiene como objetivo actualizar el marco normativo chileno en materia de protección de datos personales, elevándolo a estándares internacionales comparables con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea.

La nueva ley presenta un panorama complejo de desafíos y oportunidades para el sector tecnológico en Chile. Por un lado, las empresas se enfrentan a la necesidad de una profunda adaptación de sus procesos y sistemas. Esto implica una revisión exhaustiva y actualización de sus políticas de privacidad, una reingeniería de sus procesos de recolección y tratamiento de datos, y un fortalecimiento significativo de sus sistemas de seguridad de la información.

Esta adaptación no será un proceso sencillo ni económico. Las organizaciones deberán realizar inversiones considerables tanto en tecnología como en recursos humanos. Será necesario implementar nuevas herramientas tecnológicas capaces de gestionar eficientemente los datos personales bajo los nuevos estándares, y formar equipos especializados que garanticen el cumplimiento continuo de la ley.
Uno de los aspectos más desafiantes será la gestión del consentimiento de los usuarios. Las empresas tendrán que diseñar e implementar mecanismos claros y efectivos para obtener y gestionar el consentimiento para el tratamiento de datos personales, lo que podría implicar cambios significativos en la experiencia del usuario y en los procesos de negocio.

Además, la ley exige un enfoque proactivo en la protección de datos. Esto significa que las empresas no solo deberán reaccionar ante posibles brechas de seguridad, sino que tendrán que anticiparse a ellas, realizando evaluaciones de impacto en la privacidad y adoptando medidas preventivas.

Sin embargo, estos desafíos vienen acompañados de oportunidades significativas. Las empresas que logren adaptarse rápidamente a la nueva normativa podrán obtener una ventaja competitiva considerable. Al demostrar un compromiso sólido con la protección de datos personales, estas organizaciones podrán diferenciarse en el mercado y generar una mayor confianza entre sus clientes, un activo cada vez más valioso en la era digital.

La implementación de procesos más rigurosos para el manejo de datos personales también puede traducirse en una mejora sustancial en la calidad de los datos que manejan las empresas. Esto, a su vez, puede llevar a insights más valiosos para el negocio, permitiendo una toma de decisiones más informada y estratégica.

Además, la necesidad de cumplir con esta nueva y exigente normativa puede convertirse en un catalizador para la innovación. Es probable que veamos surgir nuevas soluciones tecnológicas en áreas como la seguridad de la información y la gestión de datos, impulsando el desarrollo del sector tecnológico en Chile.

Por último, pero no menos importante, el cumplimiento de esta ley alineará a las empresas chilenas con estándares internacionales de protección de datos. Esto facilitará enormemente la expansión internacional de las empresas tecnológicas chilenas, especialmente hacia mercados con regulaciones similares como la Unión Europea. En un mundo cada vez más globalizado, esta alineación normativa puede abrir nuevas oportunidades de negocio y colaboración internacional.

La nueva Ley de Protección de Datos Personales representa un cambio paradigmático en la forma en que las empresas tecnológicas y otras organizaciones manejan la información personal en Chile. Si bien implica desafíos significativos en términos de adaptación y cumplimiento, también ofrece oportunidades para mejorar la confianza de los usuarios, optimizar procesos internos y potenciar la competitividad a nivel internacional.

Para las empresas del sector tecnológico, será crucial iniciar cuanto antes el proceso de adaptación a esta nueva normativa. Esto no solo les permitirá evitar posibles sanciones, sino que también las posicionará como líderes en la protección de la privacidad de sus usuarios, un factor cada vez más valorado en la economía digital.

Daniel Guerrero N.
CEO RUBRIKA

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